lunes, 30 de marzo de 2015

Peregrinus: ¿Por dónde queda Santiago, señora meiga?



Saludos de nuevo!! Hoy Games de Mesa trae una nueva reseña, una vez más de un juego nacional, que cada vez son más y mejores. En esta ocasión nos desplazamos hasta las profundidades de Galicia, pues el juego reseñado es el Peregrinus, en el que nos convertiremos en peregrinos recorriendo el camino hacia Santiago.



Queremos dar las gracias a la editorial Galileo Nenos por hacer posible la reseña de este juego de misterio y estrategia para todas las edades. ¡Moitas grazas! 

www.galileonenos.com


Ficha técnica:
Autor: Guido Leboroni
Editorial: Galileo Nenos
Número de jugadores:  De 2 a 6.
Tiempo de juego: Aprox. 40 minutos.
Edad recomendada: De 6 a 99 años.
Año de publicación: 2014.


Temática:

En Peregrinus, los jugadores asumen el papel de peregrinos que recorren el camino de Santiago. Pero no será un camino fácil: ha caído la noche, y los jugadores se hallan un poco perdidos en un oscuro bosque. Para llegar a Santiago, necesitarán encontrar unos amuletos para romper el hechizo que se cierne sobre el bosque, y para ello necesitarán la ayuda de varias criaturas del bosque, personajes de la mitología gallega tales como Meigas, Lobishomes y Mouras. Los peregrinos podrán conseguir sus favores si juegan con inteligencia, pero además, tendrán que tener en cuenta la presencia de un ser espectral: ¡la Santa Compaña! Una procesión de muertos que recorre las noches sin luna a la luz de unas velas. Pero en esta noche, la Santa Compaña se ha disfrazado de peregrino y se hace pasar por nuestra aliada… ¡No te fíes de ningún peregrino! Tal vez no sea quien dice ser, y os arrastre a vagar como alma en pena para siempre por los bosques gallegos…



Contenido y diseño gráfico:
Peregrinus se nos presenta en una caja cuadrada de gran formato, en cuyo interior encontramos:
-          6 peones de colores.
-          10 cartas de Personaje (5 peregrinos y 5 Santa Compaña)
-          98 cartas Camino
-          30 cartas Cementerio
-          60 cartas Amuleto (20 de cada casa: Lobishome, Meiga y Moura)
-          24 fichas de Vida (con dos caras: Concha y Vela)

En cuanto al diseño gráfico, corre a cargo de Xosé Tomás, y en general ha conseguido dar a todos los componentes del juego (tablero, cartas…) ese halo de misterio que tan bien refleja la temática que representa.


Objetivo del juego:
El juego es un juego de identidades ocultas. Todos los jugadores serán Peregrinos en marcha hacia Santiago, excepto uno, que será un miembro de la Santa Compaña disfrazado de Peregrino. Así pues, dependiendo del número de jugadores habrá más o menos peregrinos, pero siempre un miembro de la Santa Compaña camuflado al principio.
El objetivo del juego depende del personaje que te haya tocado. Si eres un Peregrino, tu objetivo será llegar hasta Santiago y que todos los demás peregrinos también lo hagan. En cambio, si eres la Santa Compaña, tu objetivo será atraer al “lado oscuro” al resto de los jugadores, a los que podrás ir convirtiendo uno a uno…



Mecánica:
Nos encontramos ante un juego de identidades ocultas, que puede recordar vagamente a juegos como  Saboteur, donde no te fiarás de ninguno de tus compañeros de mesa… Se basa en una mecánica de gestión de cartas en la mano y de movimientos por el tablero.
El juego se desarrolla en turnos sucesivos, en los cuales el jugador activo cogerá una de sus cartas de Camino y la jugará. Estas cartas nos permitirán avanzar por el sendero, o cruzar un puente, o acampar (según la carta). Tras esto, robará una nueva carta de Camino hasta tener 3, y pasará su turno hacia la derecha. ¿Fácil, verdad? Bueno… hay algunos matices más.
Si el jugador está jugando como Peregrino, en su carta de personaje oculto aparecerán 2 amuletos, que necesitará para liberar Santiago del hechizo y permitir la entrada de todos los peregrinos. ¿Cómo conseguir estos amuletos? Pues para ello contamos con la inestimable ayuda de nuestros “amigos” los Lobishomes,  las Meigas y las Mouras. Ya sé lo que estáis pensando, que no parecen muy amigables, que parecen un poco chungos… En realidad lo son, pero a cambio de una concha nos darán un amuleto. Todo el mundo tiene un precio… 




Estas cartas, además de los amuletos que representan, también pueden servir como ataque o defensa en caso de un encuentro con la Santa Compaña. Y es que el jugador que esté actuando como miembro de la Santa Compaña no podrá actuar siempre de incógnito. En algún momento será descubierto y, a partir de entonces, cambiará sus conchas/vidas por velas y tratará de atraer al resto de peregrinos al lado oscuro. Si le arrebata todas sus conchas a un peregrino, éste pasará a vagar por los bosques como un miembro más de la Santa Compaña. Interesante, ¿verdad?
Un detalle más, los peregrinos pueden recuperar las conchas acudiendo a las fuentes, pero los miembros de la Santa Compaña tienen un número limitado de velas. Si hay un encuentro entre Peregrino y Santa Compaña, la pelea está asegurada…
El juego termina cuando:
1) Todos los jugadores de la Santa Compaña se quedan sin velas (ganan los Peregrinos).
2) Todos los Peregrinos llegan a Santiago (ganan los Peregrinos).
3) La Santa Compaña convierte a todos los Peregrinos en “chungos” (gana el grupo de la Santa Compaña).



Conclusión:

Nos encontramos ante un interesante juego que, además de las identidades ocultas y las sospechas que provoca (al estilo Saboteur), añade el cambio de bando durante la partida, que hará que cuanto más tiempo transcurra, más difícil lo tengan los Peregrinos y más numeroso sea el bando de la Santa Compaña que, por cierto, de Santa no tiene nada…


Conclusión final:
Un divertido juego que nos hará conocer un poco mejor la cultura gallega, además de hacer pasar un buen rato a jugadores de todas las edades. Bueno, en realidad es de 6 a 99 años. ¡Lo siento abuelo, pero acabas de cumplir 100 años… tú ya no puedes jugar!

jueves, 12 de marzo de 2015

DUPLIK: Todos llevamos un artista dentro


Games de Mesa vuelve a la carga. Hoy nos hemos levantado con la vena artística, y por este motivo vamos a reseñar un divertidísimo juego familiar: Duplik (antes conocido como Identik). Como se indica en la propia caja del juego, se trata de un juego de dibujar... ¡para los que no saben dibujar!



Queremos agradecer a la tienda Cuarto de Juegos por hacer posible esta reseña. ¡¡Gracias!!
www.cuartodejuegos.es
Ficha técnica:
Autor: William P. Jacobson y Amanda A. Kohout.
Editorial: Asmodée.
Número de jugadores: de 3 a 10.
Tiempo de juego: 45 minutos (variable).
Edad recomendada: A partir de 8 años.
Año de publicación: 2005 (2013 en España con nuevo formato)

Temática:
Duplik (antes llamado Identik) es un juego de dibujar. Pero... ¡tranquilos, que no cunda el pánico! No hace falta saber dibujar bien para poder ganar y, lo más importante, para pasar un rato muy divertido. De hecho, cuanto más extraños salgan los dibujos más risa darán... Y tal vez más puntos nos darán. ¿Cómo es esto posible? Lo veremos más adelante.
Contenido y diseño gráfico:
Duplik se presenta en esta nueva edición de Asmodée en una caja de cartón cuadrada, no muy resistente. De hecho, parece que la idea es que esta caja se pueda tirar y guardar el contenido en la bolsa de tela que se incluye en su interior. Dentro de la caja nos encontramos con el siguiente material de juego:

· 60 cartas con ilustraciones por ambos lados
· Un cuadernillo de puntuación
· Un filtro rojo
· Un dado de 10 caras
· Un reloj de arena de 90 segundos
· Una bolsa de transporte
· Instrucciones



Objetivo del juego:

El objetivo del juego no es hacer los mejores dibujos, sino aquellos que nos hagan ganar más puntos. Puede parecer extraño, pero no es así, ya que en Duplik no se evalúa la capacidad artística de los jugadores-dibujantes, sino el hecho de que cada dibujo cumpla con unos criterios predeterminados. En otras palabras, ¡¡un dibujo de un niño de 3 años podría tener más puntos que una obra digna del mismísimo Leonardo!!
Mecánica:
Duplik es un juego familiar, uno de los llamados Party games. Aquí no encontraremos un tablero ilustrado por Michael Menzel, ni una compleja gestión de recursos digna de Uwe Rosenberg... Simplemente tendremos que hacer dibujitos. Sencillo, ¿verdad? Pero no solo de juegos sesudos vive el jugón... Hay ocasiones en las que la ocasión requiere un juego sencillo y divertido. Reuniones con amigos no jugones, familiares, compañeros de trabajo... Pues bien, en esas situaciones consideramos imprescindible tener un Duplik en nuestra ludoteca. Jamás he visto a nadie a quien no le haya gustado este juego, ya sea fanático del Through the Ages o no haya pasado de la Oca.
¿Cómo se juega? En Duplik encontramos 60 tarjetas con divertidos dibujos por ambas caras, con bastantes detalles cada uno. En cada ronda, un jugador hará las veces de “director” o narrador de la imagen. Antes de nada, deberá tirar el dado de 10 caras; el número que salga será el “super-requisito”, que otorgará a cada dibujante 3 puntos en lugar de 1 como los demás. 
 
El director tendrá 90 segundos para describir lo más exactamente posible todo lo que aparece en ese dibujo. Los demás jugadores, artistas en potencia, tratarán de reproducir lo mejor que puedan lo que el director va describiendo. Al final de los 90 segundos, se comprobarán los 10 criterios que deberán haber cumplido los dibujantes. Es importante que nadie sepa estos criterios antes de que el reloj de arena termine... ¡ni siquiera el director! Para ello, Duplik cuenta con un ingenioso sistema en el que estos criterios aparecen camuflados entre unas líneas rojas, y solo serán visibles al situar encima el filtro de plástico rojo que viene en la caja del juego. ¡Sencillo pero efectivo!
Después de esto, cada dibujante deberá pasar su dibujo hacia su izquierda (o derecha, según se decida), y así cada jugador no corregirá su propio dibujo sino el del jugador de al lado. Hay que estar pendientes del juez que nos toque, que los hay más estrictos y más blandos... ¡Siempre podremos recurrir al TSJ si no estamos de acuerdo!
El director irá leyendo uno por uno los 10 criterios, y cada juez anotará en el dibujo si el artista en cuestión ha cumplido con ese item o no, ganando un punto si lo ha hecho bien (o 3 si se trata del super-requisito). Por su parte, el director ganará 1 punto por cada criterio que haya sido cumplido por al menos un jugador.
Al final del turno, una vez anotadas todas las puntuaciones, el jugador a la derecha del director se convertirá en el nuevo director. Todos los jugadores deberán hacer de director-narrador al menos una vez en la partida, pudiendo jugarse una sola ronda o más... La duración de la partida se deja a gusto del consumidor.
Y para muestra un botón:
 
Bueno, vale... es un perro un poco extraño, quizás mezclado con el demonio de Tasmania... Pero tiene dos dientes fuera, ¿verdad? ¡¡Pues hala!! ¡Un puntaco!
Conclusión:
Como dijimos al principio, normalmente los jugones somos más dados a juegos de los denominados “sesudos”, pero siempre hay ocasiones en que viene muy bien un juego familiar. Y Duplik es uno de los más divertidos que podemos encontrar. Eso sí, creemos que aunque se puede jugar a partir de 3 jugadores, lo suyo es jugar con al menos 4, y cuantos más seamos, más diversión habrá. Al final de la partida podemos añadir un plus de humor haciendo una exposición con los mejores dibujos. O con los peores... O con los más surrealistas...


Conclusión final:
Divertidísimo juego que aconsejamos tener disponible en vuestras ludotecas. Nunca se sabe cuando va a surgir el momento de ponerse manos a la obra... de arte.