¡Saludos,
Gameadores! ¡En primer lugar, os comunicamos que acabamos de cumplir
un año! Hemos intentado convertir el tiempo en chicle y estirarlo
para poder hacer una celebración, pero no ha sido posible
finalmente. No obstante, os agradecemos el apoyo brindado en este
primer año de Games de Mesa y os invitamos a seguir leyendo nuestras
reseñas. ¡Esperamos seguir creciendo en nuestro segundo año
lúdico-bloguero!
Y
hoy os traemos una reseña de un juego abstracto de sobra conocido,
el Qwirkle, que os dará muchas horas de diversión si sois amantes
de la estrategia. Eso sí, no buscad tema porque es un abstracto puro
y duro.
Agradecemos
a la editorial Lúdilo por hacer posible esta reseña. ¡Gracias!
Ficha
técnica:
Autor:
Susan McKinley Ross
Editorial:
MindWare (en España, Lúdilo)
Número
de jugadores:
De 2 a 4
Tiempo
de juego:
Aprox. 45 minutos
Edad
recomendada:
A partir de 6 años
Año
de publicación: 2006
Temática:
Como
hemos indicado, el juego es totalmente abstracto. El objetivo es
conectar fichas con formas y/o colores en común y ganar puntos por
ello. Así de simple. Nunca fue tan fácil explicar la temática de
un juego...
Contenido
y diseño gráfico:
Qwirkle
es un juego cuyos componentes no poseen ilustraciones o diseño
gráfico como tal, ya que el trabajo artístico se limita a “pintar”
6 tipos de figuras geométricas en 6 colores distintos sobre las
fichas. Con esto basta y sobra para disfrutar de una partida de
Qwirkle
Dentro
de una caja cuadrada de tamaño medio-grande, nos encontramos con el
siguiente material:
- 108 fichas cuadradas de madera pintada (tres de cada una de las 36 fichas diferentes, 6 colores y 6 formas diferentes).
- El reglamentoObjetivo del juego:
El objetivo del juego es
hacer conexiones de fichas, que deben coincidir en forma o en color.
Lo explicamos en el siguiente apartado más en profundidad:
Mecánica:
Qwirkle
es, volvemos a insistir, un juego puramente abstracto. Quienes no
sean capaces de jugar a algo sin temática, tiene dos opciones: a) no
jugar a Qwirkle, o b) inventarse una temática (¿un choque entre
civilizaciones alienígenas representadas por formas y colores,
quizás?). Para quienes no consideren imprescindible una “excusa”
para jugar a un abstracto, os diremos que Quirkle consiste en tratar
de crear y expandir líneas de color y formas de manera estratégica
para conseguir el mayor número de puntos posible.
En
primer lugar tendremos que repartir papel y lápiz para cada jugador,
y colocar todas las fichas bocabajo. En el reglamento se indica que
la caja trae una bolsa de tela para mezclar las fichas, pero parece
ser que se ha eliminado en las últimas ediciones del juego.
Cada
jugador tendrá 6 fichas disponibles para jugar. Para comenzar,
saldrá el jugador con mayor número de fichas que compartan una
misma característica, sea forma o color. En caso de empate, comienza
el de más edad (¡fastidiaos, jovenzuelos!).
Los
seis colores disponibles son rojo, naranja, amarillo, verde, azul, y
las seis formas son cuadrado, círculo, rombo, trébol de 4 hojas,
estrella de 4 puntas y estrella de 8 puntas (por nosotros conocida
como “asterisco”).
¿Y
cómo se hace una conexión? Pues en cada turno, el jugador deberá
añadir fichas a la mesa, entre 1 y 6, debiendo enlazar las nuevas
con las ya existentes en el tablero. Solo se pueden añadir en una
fila, aunque es posible que al colocarlas enlace con otra fila de al
lado. Las filas pueden ser de 6 formas iguales en colores diferentes,
o de 6 figuras diferentes en el mismo color. No se puede repetir
forma y/o color en una fila ya existente. Es decir, si una fila está
formada por un cuadrado rojo, un círculo rojo y una estrella de 4
puntas roja, solamente podremos añadir las 3 figuras restantes en
color rojo.
Si
una fila está formada por un cuadrado rojo, uno azul y uno morado,
solamente podremos añadir cuadrados en los 3 colores restantes.
También
existe la opción de intercambiar fichas si no se quiere o no se
puede colocar ninguna.
Y
así de simple. Se colocan fichas y se puntúa (necesitaremos papel y
lápiz, y para esto último siempre podemos contar con Ikea...). Al
crear una fila, se consigue un punto por cada ficha que componga esa
fila (da igual si la hemos añadido nosotros o si ya estaba
colocada). Es decir, si en el ejemplo anterior de los cuadrados
añadimos un cuadrado naranja, conseguimos 4 puntos, uno por ficha.
Si
conseguimos una conexión de 6 fichas, además de obtener 6 puntos
por las 6 fichas, también conseguimos hacer un “Qwirkle” (algo
que os aconsejamos anunciar a gritos y dando saltos), y por ello
obtendremos 6 puntos extra. Es decir, si conseguimos una fila de 6
fichas del mismo color y diferente forma, obtendremos 6+6=12
puntacos. ¿Entendéis ahora lo de los saltos y gritos?
Al
colocar varias fichas se puede formar una fila adicional, con lo que
puntuaríamos las dos filas por separado.
Es
posible que se creen huecos, fichas imposibles de seguir completando
(recordad que solo hay 3 copias de cada tipo de ficha), habrá
operaciones de bloqueo que harán enfadar al más paciente de los
estrategas...
Y
eso es todo, cuando ya no hay más fichas para que los jugadores
repongan, se sigue jugando hasta que el primer jugador se quede sin
fichas (obteniendo un bono de 6 puntos). Y el jugador con más puntos
gana. ¡Ouh yeah!
Conclusión:
Al parecer hace algún
año este juego fue objeto de polémica tras ganar el Spiel des
Jahres. Al margen de esa polémica, consideramos que es un muy buen
juego abstracto que nos hará dar vueltas al coco y disfrutar de la
estrategia, además de hacer que vayamos por la calle viendo formas y
colores...
Conclusión
final:
Buen juego abstracto
oculto tras esta extraña palabra, “Qwirkle”. Agradeceremos algún
que otro regalo que un jugador despistado nos deje (benditas filas de
5 fichas), y maldiremos los bloqueos con toda nuestra fuerza.
En ocasiones veo
estrellas verdes. Y moradas, y azules, y rojas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario